Karma es una palabra que usamos cotidianamente, pero tal vez no sepamos del todo su significado, su origen y las leyes que la componen. En varias religiones y filosofías orientales como el hinduismo o el budismo, el karma se entiende como un principio universal de justicia y equilibrio a partir del cual todas tus acciones tienen una consecuencia equivalente.
Así, una acción positiva, tiene un retorno positivo, mientras que una acción negativa, tiene un retorno negativo. Esto no significa que, si robas a alguien, te vayan a robar a ti, sino que recibirás un daño similar. Por ejemplo, el karma se encargará de que enfermes ligeramente.
Hay que mencionar que el hecho de que exista esta fuerza cósmica no implica, necesariamente, la existencia de ningún dios. En el caso del hinduismo, por ejemplo, sí es así. Pero, en el caso del budismo, éste se considera un mecanismo cósmico de compensación natural.
La gran ley del karma: el principio de causa y efecto
Se dice que el Karma responde a la Ley de causa y efecto, según la cual aquello que sembremos es lo que cosecharemos. Es decir, lo que ponemos en el Universo es lo que vuelve a nosotros. El karma es el juez de nuestros actos que nos ayuda a reflexionar sobre nuestros sufrimientos.
Íntimamente ligado a las reencarnaciones futuras, el karma simboliza la energía que usaremos para limpiar el alma de nuestras acciones y la reencarnación nos ofrecería la oportunidad de repararlas y seguir avanzando hasta que alcancemos la iluminación.
Reflexionemos por tanto en dicha correspondencia: en la causalidad existente entre nuestros actos y sus consecuencias.
¿Cuál es el símbolo del karma?
El símbolo del Karma es un nudo sin fin y viene a indicar el infinito, el tiempo sin espacio, sin distancias, sin limites. El nudo infinito simboliza también la interconexión entre las causas y los efectos, un ciclo kármico que continúa eternamente.
Este mismo nudo infinito es el que se encuentra en el centro de la rueda budista de oración. Así también es nuestro recorrido como Almas. Como Almas hemos tenido muchas vidas pasadas, hemos pasado por muchas experiencias. Y nuestras vidas pasadas conservan un mapa de rasgos y situaciones que influyen y condicionan nuestra vida actual.
Los tipos de karmas
Tradicionalmente, se han separado tres tipos diferentes de karma, que son los siguientes:
- Prarabdha karma: Este es un karma automático, que sucede en el mismo momento en el que se está llevando a cabo la acción. Por ejemplo, la satisfacción automática que se siente al ayudar a quien lo necesita, o el sentimiento negativo que se sufre cuando se hace daño a alguien.
- Sanchita karma: El segundo tipo de karma hace referencia a los recuerdos negativos o positivos que quedan en nuestra mente después de haber realizado una buena o una mala acción. Por ejemplo, el dolor de no haber hecho una declaración de amor, o la alegría de recordar la cara de felicidad de alguien a quien ayudaste.
- Agami karma: es el último karma y hace referencia a los efectos que tendremos en el futuro por una acción del presente. Por ejemplo, cuando haber hecho mal a alguien se vuelve en contra en el futuro.
Las leyes del Karma
Existen también unas leyes del karma. Es decir, lo que hemos visto hasta ahora es el núcleo básico del karma pero lo cierto es que este concepto es mucho más profundo.
Para entender el karma en toda su profundidad, hay que hablar entonces de sus doce leyes:
- Ley esencial: Según haces, recibirás. Es la ley básica explicada anteriormente, y por la que conviene hacer el bien y no el mal.
- Ley de generatividad: El ser humano forma parte de la vida, y la vida es creación. La misión del ser humano es crear su vida.
- Ley de humildad: Agradecer lo que se tiene permite crecer moral e intelectualmente.
- Ley de la responsabilidad: Somos responsable de las cosas que nos suceden, según las decisiones tomadas en el pasado o en el presente.
- Ley de conexión: Cada acto, por intrascendente que parezca, está conectado con el todo, y tiene sus efectos.
- Ley de desarrollo: Nuestra vida es un fluir constante, y eso implica cambios a los que hay que adaptarse y crecer con ellos.
- Ley de focalización: El conocimiento se adquiere paso a paso. Hay que focalizarse en el estadio en el que se está en el moemnto presente.
- Ley de la generosidad: Vivir en un estado mental de generosidad y respeto hace que nuestra vida sea mejor.
- Ley del presente: Pensar en el pasado es una forma de destruir el presente y, por ende, el futuro.
- Ley del cambio: Cambiar las decisiones que se toman es de vital importancia para que no se repitan los errores cometidos.
- Ley de la paciencia: Hacer de la paciencia un valor fundamental de la vida, puesto que los frutos que se recogen tras mucho trabajo saben mejor.
- Ley de la inspiración: Cuanto más esfuerzo, energía y valor dediquemos a nuestro día a día, mejores resultados obtendremos.
La conexión entre las 12 leyes del karma
Como pudimos observar, las leyes del karma no son independientes unas de las otras: forman parte de un único principio. Es decir, todas nuestras acciones tienen consecuencias, y todo lo bueno o malo que hagamos, regresará a nosotros.
En definitiva, creas o no en la filosofía kármica, puedes usar estas leyes para conducir tu vida. Pues, representan un buen comienzo para ser más consecuente, humilde y generosa, no sólo contigo misma, sino con el resto del mundo.
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